"Detrás del movimiento visible hay otro movimiento; uno que no puede ser visto, que es muy fuerte y del que depende el movimiento externo. Si este movimiento interno no fuera tan fuerte, el externo no tendría ninguna acción".
~Jeanne de Salzmann~
Blanca de la Vega, es instructora de Movimientos de Gurdjieff, meditante y practicante de Ashtanga Yoga e imparte cursos y seminarios desde hace años.
Una de sus principales aportaciones al Trabajo es hacer accesibles las Enseñanzas a través de un lenguaje sencillo y ejemplos prácticos cotidianos. Una profunda necesidad de entender el sentido de la vida le pone en contacto con la enseñanza de Gurdjieff, este anhelo de
lo Real le lleva a encontrarse con diversos maestros e indagar en las grandes tradiciones espirituales, pronto ve como los obstáculos a nivel psicológico dificultan su progreso, reemprende así el proceso de purificación de su psiquismo de la mano de la psicología transpersonal, la terapia gestáltica, constelaciones familiares, trauma healing y el sistema río abierto principalmente.
Próximamente tendremos el gusto de recibirla en Sedona con un Taller de Puertas Abiertas que anunciaremos en la web, pero de momento aquí os dejamos un avance de este interesante y poco conocido método, su historia y la utilidad que puede llegar ofrecer a sus practicantes.
Origen de los Movimientos de Gurdjieff
George Ivanovitch Gurdjieff (1866-1949) en su anhelo por descifrar los misterios de la existencia se embarcó en un viaje que, durante más de veinte años, le condujo a los lugares más inaccesibles de Oriente. Es durante estos viajes que Gurdjieff entra en contacto con monasterios y escuelas de sabiduría perenne como el sufismo, cristianismo esotérico, budismo e hinduismo, recopilando un vasto repertorio de coreografías, gimnasias, danzas sagradas y música.
lo Real le lleva a encontrarse con diversos maestros e indagar en las grandes tradiciones espirituales, pronto ve como los obstáculos a nivel psicológico dificultan su progreso, reemprende así el proceso de purificación de su psiquismo de la mano de la psicología transpersonal, la terapia gestáltica, constelaciones familiares, trauma healing y el sistema río abierto principalmente.
Próximamente tendremos el gusto de recibirla en Sedona con un Taller de Puertas Abiertas que anunciaremos en la web, pero de momento aquí os dejamos un avance de este interesante y poco conocido método, su historia y la utilidad que puede llegar ofrecer a sus practicantes.
Origen de los Movimientos de Gurdjieff
George Ivanovitch Gurdjieff (1866-1949) en su anhelo por descifrar los misterios de la existencia se embarcó en un viaje que, durante más de veinte años, le condujo a los lugares más inaccesibles de Oriente. Es durante estos viajes que Gurdjieff entra en contacto con monasterios y escuelas de sabiduría perenne como el sufismo, cristianismo esotérico, budismo e hinduismo, recopilando un vasto repertorio de coreografías, gimnasias, danzas sagradas y música.
Sentido y Utilidad del Trabajo
Estos movimientos ayudan a contactar con nuestro mundo interno a través del cuerpo físico. Esta conexión entre la mente y el cuerpo es el corazón del Trabajo. Nuestro limitado repertorio de movimientos está en estrecha relación con nuestros patrones de pensamiento y formas de sentir. Las danzas favorecen la observación de estos automatismos así como la apertura a nuevos espacios más auténticos. Gracias a la práctica continuada, mente, cuerpo y sentimiento se alinean posibilitando vibraciones más armónicas entre estos tres centros.
Otro de los fundamentos del Trabajo es la inmovilidad que subyace a todo movimiento, incluso en los momentos de mayor agitación externa existe un centro donde reina la quietud, es ahí donde reside nuestro verdadero ser. Las danzas son un camino hacia dicho lugar.
Los movimientos son parte de una disciplina interior, de una higiene de vida interna, la puerta hacia la libertad. A través de ellos vemos nuestra vida, nuestras oscilaciones entre el mundo externo e interno; a través de ellos buscamos el equilibrio parar poder observar dentro y fuera de nosotros sin que los eventos o las personas nos lleven o sobrepasen y sin recluirnos en espacios profundos que no nos permitan interactuar con el mundo.
Estos movimientos ayudan a contactar con nuestro mundo interno a través del cuerpo físico. Esta conexión entre la mente y el cuerpo es el corazón del Trabajo. Nuestro limitado repertorio de movimientos está en estrecha relación con nuestros patrones de pensamiento y formas de sentir. Las danzas favorecen la observación de estos automatismos así como la apertura a nuevos espacios más auténticos. Gracias a la práctica continuada, mente, cuerpo y sentimiento se alinean posibilitando vibraciones más armónicas entre estos tres centros.
Otro de los fundamentos del Trabajo es la inmovilidad que subyace a todo movimiento, incluso en los momentos de mayor agitación externa existe un centro donde reina la quietud, es ahí donde reside nuestro verdadero ser. Las danzas son un camino hacia dicho lugar.
Los movimientos son parte de una disciplina interior, de una higiene de vida interna, la puerta hacia la libertad. A través de ellos vemos nuestra vida, nuestras oscilaciones entre el mundo externo e interno; a través de ellos buscamos el equilibrio parar poder observar dentro y fuera de nosotros sin que los eventos o las personas nos lleven o sobrepasen y sin recluirnos en espacios profundos que no nos permitan interactuar con el mundo.
Beneficios de las Danzas de Gurdjieff
- Para un contacto verdadero y profundo con nuestro cuerpo en su totalidad.
- Para conectar con los demás de forma más verdadera y esencial, más allá del encuentro de nuestras personalidades.
- Para traer más energía consciente al planeta.
- Para establecer nuevas conexiones neuronales entre los hemisferios derecho e izquierdo del cerebro.
- Para encontrar un equilibrio entre las polaridades masculina y femenina dentro de nosotros.
- Para fortalecer nuestro centro, protección anti-stress, aprendiendo a recordarnos a nosotros mismos mientras interactuamos. - Para desarrollar vibraciones armónicas entre los tres centros (intelectual, emocional y físico).
- Para abrirnos a una cualidad de presencia más alta y estar receptivos a energías superiores.
- Para observar nuestras emociones, distanciarnos de ellas y, a la vez vivir de forma apasionada y total.
- Para afrontar nuestra lucha interna entre el “debo” y el “no puedo”.
- Para perdonarnos por nuestros errores y aprender desde la creatividad. - Por la alegría que aportan.
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